De pequeño recuerdo que ya me comentaron a que eran debido, cuando las observaba desde la ventana las tardes de verano con tormenta, al crearse esas burbujas significaba; que iba a seguir lloviendo.
Los comentarios de gente con mucha experiencia, nuestros abuelos, que cada día que pasa uno se da más cuenta de su gran sabiduría, hombres de campo, que se fijaban mucho en la meteorología y nos han trasmitido sus experiencias y lo que fueron aprendiendo, aunque por aquel entonces no escucháramos todo lo atentos que debieramos de estar, ahora lo hecho mucho de menos por todo lo que eso conlleva.
Recurrimos otra vez a la página de divulgameteo, ya que José Miguel Viñas además de concedernos permiso personalmente para comentar lo que en su página expone y que me parece tan interesante, esta muy bien explicado, no será la última vez que recurramos a él.
Esto es lo que comenta al respecto:
La clave del asunto reside en el aire que atrapan las gotas de lluvia en su caída y que termina incorporándose al agua de los charcos que se forman en el suelo. El aire está constituido por una mezcla de gases, formada mayoritariamente por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%). Las gotas de lluvia están constituidas por agua fría (temperatura cercana a los 0 ºC en el caso particular de los chubascos tormentosos), lo que permite la disolución de esos gases en dichas gotas.
Llegados a este punto, tenemos que echar mano de las leyes de la Química, en particular de la Ley de Le Chatelier, que establece que la solubilidad de los gases en los líquidos es inversamente proporcional a la temperatura, de manera que cuanto más alta sea la temperatura del agua, más dificultad tendrá ésta para disolver aire en su seno, dejándolo escapar.
El suelo, al encontrarse a mayor temperatura que el interior de las nubes –donde se forman las gotas–, calienta por contacto el agua de la lluvia que se deposita sobre él, de manera que se van formando charcos de agua más caliente que las gotas que impactan sobre ellos. Esto provoca una liberación de los gases disueltos en las gotas, con la consiguiente aparición de las burbujas. La creencia popular tiene fundamento, ya que si observamos muchos gorgoritos, el agua de las gotas de lluvia estará bastante más fría que la de los charcos, lo que implica que los mecanismos de formación de la precipitación son muy eficientes y, en consecuencia, el chubasco continuará.
A.Sánchez
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